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Claves para prevenir la violencia en la familia

Nosotros como padres, abuelos y educadores estamos en la responsabilidad de crear desde el hogar pautas de comportamiento en nuestros hijos y descendientes, que permitan crear una sociedad libre de violencia.  Esto puede lograrse, cuando nosotros como educadores asumimos el control de lo que puede ser la educación de los nuestros.

Esta prevención de conductas violentas, debe comenzar en la primera infancia, porque allí en esos primeros años, asentaremos las bases que serán las guías para cuando el niño sea un adulto.

Empecemos por recordar que para cumplir adecuadamente su función, los padres y las madres, tienen que proporcionar a sus hijos condiciones básicas como las siguientes:

  1. Un cuidado atento y adecuado a cada cambio que van experimentando los niños de acuerdo a su edad.
  2. Una relación afectiva cálida, que les proporcione seguridad sin protegerlos en exceso.
  3. Una disciplina consistente, sin caer en el autoritarismo, porque cuando les creamos disciplina, nuestros hijos aprenden a respetar ciertos limites y aprenden a controlar su propia conducta. Es de resaltar que poner normas y disciplina no es a golpes ni a gritos, porque es precisamente eso lo que se quiere evitar.
  4. Nosotros como padres y madres, debemos practicar en nosotros mismos, la no violencia, porque de esa forma, es más fácil enseñarla a nuestros hijos.

La importancia de que la educación de no violencia comience en la familia, es porque en ningún otro escenario  es posible encontrar una atención tan continuada y un afecto tan incondicional como el que la mayoría de las personas encuentran en ella.

Cuando las dos condiciones de atención y afecto se dan adecuadamente, la eficacia de la familia en la enseñanza de normas y limites puede resultar especialmente efectiva.

Y es que el ser humano nace con la capacidad de aprender distintas formas de relacionarse con el mundo social y emocional que lo rodea.

Como sucede con el aprendizaje del idioma, a medida que vamos creciendo, vamos adquiriendo un determinado modelo con relación a las personas.  Esto se nota, cuando vemos como nuestros niños y niñas copian conductas de la televisión en la comiquitas que ven, también de las maestras de la escuela, de los tíos y primos y también de otros niños y niñas con los que juegan.

Sobretodo, aprenden a imitar los comportamientos de las personas que son mas significativas para el o ella, porque el niño o niña en sí mismo, aun no tiene una personalidad definida y se ira moldeando en la medida que vaya recibiendo de sus padres y entorno las normas a seguir.

Es necesario que les hablemos a nuestros niños y niñas con frases positivas acerca de si mismos porque de esa forma, los ayudaremos a confiar y a tener una buena visión de si mismo y de los demás.

Esta visión positiva que les estamos dando de si mismos, es necesaria para aproximarse al mundo con confianza, afrontar las dificultades de forma positiva y con eficacia y obtener la ayuda de los demás o proporcionarla. Esto es aprender a vivir, a interactuar con otros.

Al principio cuando son bebes y les estamos formando, quizás no nos demos cuenta de la bendición que les damos a nuestros hijos al crearle un espacio armónico de vida.  Luego, cuando crecen y son adultos, podemos sentirnos satisfechos porque les dimos amor y valores humanos.

5  recomendaciones para prevenir la violencia desde la primera infancia.

  1. Dar a la familia el valor que tiene en la educación de los hijos asumiendo los padres para con sus hijos actitudes amorosas y atentas.
  2. Compartir la responsabilidad de educar entre ambos padre y madre, esto es ponerse de acuerdo en cuanto a normas, lo que dirán y las reglas que se van a seguir en la educación familiar. Ambos padres deben estar de acuerdo.
  3. Otorgar en la primera infancia la atención adecuada respondiendo a los llamados de atención del pequeño con amor y cariño le ayuda a crear desde pequeñito una buena actitud en su crecimiento.
  4. Recordar que los niños también afrontan dificultades de miedos, incertidumbre y frustración que no son iguales a los de los adultos, pero que para ellos son muy reales, por lo cual, es bueno atenderlos cuando esos momentos sucedan y darles palabras alentadoras. Un ejemplo de esto puede ser, cuando el pequeño derrama un vaso con agua, evitar hacerle sentir mal por eso.
  5. Enseñarlos a respetar desde pequeños, a los padres, maestros, y a otros niños, les ayudara a formarse como ciudadanos que puedan aportar actitudes armoniosas a la sociedad.

 

Unido a todo lo anterior, nosotros como padres y madres, debemos vigilar constantemente los medios informativos que llegan a nuestros hijos en el día a día, porque algunos cuentos y comiquitas generan en ellos conductas inadecuadas, las cuales se transmiten por televisión o el cine con dibujos animados que parecieran ser inofensivos. De la misma forma, estar atentos a muchos juguetes y juegos por Internet, que nosotros como padres debemos ir revisando en la medida que nuestros hijos crezcan para que después el daño no sea inevitable.

Les Bendigo.