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Avance de la lava en La Palma entra en fase de estabilidad y lentitud

Las diferentes coladas de lava que avanzan ladera abajo desde el volcán de la Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma han entrado en una fase de «estabilidad y lentitud», incluso la que hasta ahora se estaba mostrando más activa y que se encuentra a apenas 160 metros del mar.

Las estimaciones de los investigadores en la zona señalan que por el caudal y por la velocidad de esta colada, de apenas 2 metros por hora, no es previsible una llegada inminente al mar.

En el caso de que se precipite al océano y se comience a formar un nuevo delta de lava o «fajana», como la que surgió en los primeros días de la erupción, la posibilidad de explosiones y de emisión de gases contaminantes obligaría a confinar en sus casas a los vecinos de las zonas más próximas.

El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias -el organismo que coordina y supervisa las actuaciones relacionadas con la erupción-, Miguel Ángel Morcuende, explicó que se ha apreciado en las últimas horas «una clara pérdida de aportación» de lava a las coladas, que en vez de avanzar están aumentando en espesor.

Mientras tanto, la isla española trata en lo posible de recuperar la normalidad. Este lunes más de 4.500 alumnos y casi 600 profesores del Valle de Aridane, el municipio más afectado, han vuelto a las aulas, que hubieron de abandonar hace ya casi un mes.

La vuelta a las aulas ha transcurrido sin incidencias y con el 90 % de los alumnos en sus puestos.