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Vulcanógo: En la isla de La Palma se está creando nuevo territorio

Desde la isla de Palma donde, tras la erupción del Cumbre Vieja, la lava finalmente alcanzó el mar, el vulcanólogo Pedro Hernández, especialista en gases volcánicos, señaló que la nube negra que se observa es el peñacho del coloso, una de las bocas está emitiendo muchísimas cenizas con gases. “Esa nube está a 2 kilómetros de altura, lo que representa un peligro la caída de cenizas y el tema para la aviación por eso el aeropuerto está cerrado”.

Desde una de las islas del archipiélago español de Las Canarias, explicó que la colada de lava que está entrando al mar está generado una emanación muy grande de vapor de agua y arrastra otra serie de compuestos, y el más peligroso se genera con clorhídrico “lo que hay que hacer es estar alejado de ese peñacho de vapor”.

En entrevista a Román Losinski en el circuito Éxitos en Unión Radio, la enorme cantidad de lava cae al mar se solidifica y hace crecer las costas. “Ahora ya se está generando la plataforma costera nueva bastante grande llega en algunos sitios a tener más de 10 metros de altura sobre el nivel del mar”.

“Ahora en la isla de La Palma se está creando nuevo territorio”, enfatizó.

Subrayó que las erupciones volcánicas son una moneda de dos caras: una amable al generar magnificas imágenes, terrenos muy fértiles y nuevos territorios y otra muy amarga que es el desastre.

El experto en volcanes agregó que “mientras el magma salga se libera presión y mientras dure esta erupción lo que conviene es que este proceso siga y se libere esa energía”.

Señaló que el ruido que genera el coloso deriva de la presión por la salida de magma y las explosiones lo que hace vibrar el suelo y genera explosiones. “Eso es parte de la actividad volcánica”.

Agregó que actualmente el peñacho volcánico en la isla de La Palma está entre 2 y 6 kilómetros de altura y, dependiendo de la dirección del viento, podrían llegar cenizas al resto de las islas Canarias. “Se han recibido algunas cenizas en Tenerife y en la Gran Canaria” pero no es un penacho tan grande como los que generaron los volcanes Pinatubo en Filipinas y Krakatoa en Indonesia, cuyas cenizas dieron la vuelta al planeta.